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Educación del consumidor

Introducción a la temática de la página

La educación al consumidor está considerada a menudo como una parte esencial de los sistemas de microseguros; una solución que beneficia tanto a los profesionales de los microseguros como a sus clientes. Se supone que ayuda a las familias de bajos ingresos a tomar decisiones bien fundamentadas y a los profesionales a estimular la demanda. Sin embargo, la actual falta de investigación académica y empresarial hace difícil probar que la educación del consumidor puede mantener su promesa. Nuevas evidencias de una serie de evaluaciones que se están llevando a cabo en Colombia, Brasil, Ghana, Kenia, Sudáfrica y la India, estarán disponibles en 2011 para arrojar un poco de luz sobre esta cuestión. Hasta entonces, las lecciones basadas en las experiencias de los profesionales son la mejor guía para aquellos que diseñan nuevos programas de educación al consumidor.

La educación al consumidor en microseguros implica un esfuerzo sistemático en enseñar estrategias de gestión de riesgos y el papel de los seguros, con el fin de promover mejores prácticas de gestión de riesgos entre los hogares de bajos ingresos. El objetivo de la educación al consumidor es proporcionar a los hogares los conocimientos y habilidades que les permitan tomar por sí mismos las mejores decisiones financieras. La educación al consumidor puede ser impartida por microaseguradores, subcontratados por las organizaciones asociadas como canales de distribución o instituciones especializadas en formación, o formar parte de un esfuerzo nacional de colaboración del gobierno o de la industria.

Esta página temática está basada en una nota informativa del Fondo titulada Nuevas prácticas en la educación de los consumidores sobre gestión de riesgos y seguros, de Iddo Dror, Aparnal Dalal y Michal Matul.

Nuevas lecciones y cuestiones

Centrarse en la gestión de riesgos y seguros, dejar aparte otros conceptos financieros cuando sea posible: en el caso de tener recursos limitados, un enfoque que aborde todas las cuestiones financieras puede no ser factible. En tal caso, la atención debe centrarse en la gestión de riesgos y de seguros.

Basar la educación en lo que la gente sabe y relacionarla a su exposición previa: el contenido del programa debe estar siempre enmarcado en el contexto de lo que la comunidad ya sabe sobre seguros y en la forma que gestiona los riesgos actualmente. Una manera fácil de hacer que el contenido sea relevante es empezar la conversación hablando de los riesgos existentes a los que la comunidad se enfrenta.

Utilizar una combinación de canales y herramientas: es útil utilizar una combinación de canales de distribución (formación en grupo, comunicación de masas) ya que cada canal tiene un propósito diferente, satisface las necesidades de distintos estilos de aprendizaje y ayuda a reforzar los mensajes claves.

Distribuir la educación financiera constantemente: la educación financiera no es una actividad puntual, sino un esfuerzo constante que debe utilizar mensajes consistentes distribuidos por múltiples canales de manera integrada.

Vincular educación y productos: relacionar la educación con los productos de seguros proporciona un incentivo a las familias para actuar y cambiar sus comportamientos de gestión de riesgos. También presta una oportunidad a los profesionales para mejorar sus intervenciones de comercialización.

Aprovechar las instituciones existentes y aunar recursos cuando sea posible: vínculos a programas sociales, iniciativas gubernamentales sobre educación financiera, educación escolar e iniciativas de protección al consumidor necesitan ser explotadas. Cuando existan iniciativas por parte de la industria o del gobierno, las organizaciones deben explorar las alianzas con estas iniciativas. En ausencia de iniciativas más amplias, el sector privado parece estar bien situado para allanar el camino para la educación al consumidor.

Incorporar actividades de seguimiento y evaluación desde el comienzo: es necesario un seguimiento y evaluación esmerado para entender qué estrategia de distribución es más efectiva, crear un modelo económico detrás de la educación al consumidor y medir el impacto de la educación sobre el bienestar de los hogares.

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